Una tarde común de algún verano
una tarde soleada, encantadora
un viento que me atiza más temprano
con el tacto invisible de la aurora
En ese claro oscuro vi su aspecto
cruzando las miradas frente a frente
una empatía total de un ser perfecto
una mueca que invita a que me siente
Gastamos lo que al día le restaba
para entender qué aguarda, nuestro encuentro
el rostro que me hablaba me hechizaba
amándola por fuera... y por adentro
Entre risas y pausas, la velada
chocando los cristales de las copas
con otra invitación de su mirada
fuimos minimizando nuestras ropas
Mis alas he extendido al infinito
y en un vuelo feliz me fui con ella
su mirada otra vez fue como un rito
que indicaba su anhelo y su querella
Me empapé de su amor un loco instante
borracho de pasión y de embeleso
me estrene como soy: un fiel amante
que en traición y en amor quedé poseso.
Salvatore*
No hay comentarios:
Publicar un comentario