jueves, 26 de septiembre de 2013

Inúndate de mí...




Hace frío mujer, vente a mi lado
recuesta tu cabeza aquí en mi pecho
permite al corazón en su derecho
legar un sentimiento marginado.

Permite que el amor se cristalice
sin prisas, sin temores, sin complejos
permite de su luz, ver sus reflejos
dejar que en nuestro lecho se deslice.

Déjame ver tus rostro apasionado
charlando sin hablar, con tu mirada
por fin, saberte alegre, enamorada
y el latir de tu pecho acelerado.

Concede que mis manos te cautiven
y que arribe el calor en tus pudores
sin prejuicios, sin dudas, sin temores
sin todas esas cosas que te inhiben.

Libérate de escrúpulos ociosos
y déjate llevar por tus anhelos
descórrele al amor todos sus velos
que son todos sus cantos primorosos.

Inundate de mí, de mis pasiones
remanso de mis brazos, de mis besos
dos reos que de amor seamos confesos
intentando entender sus ecuaciones.

Dos ríos que a la mar van decididos
dos aguas impetuosas, atrevidas
dos causes que podrán unir sus vidas
si te permites guiar por tus sentidos.

Salvatore*