Sorteando la suerte por ganar la vida
Soportando el viento, el sol, la sequía
Se erigió gallardo, el árbol que un día
Me miró a lo lejos como despedida
Meciendo sus ramas sacudió la pena
Se inclinó hacia el norte, señaló la ruta
Y en señal de duelo; cual sombra que enluta
Se quedó encorvado cual pez en la arena
Ha vuelto a la tierra con el tiempo escaso
Me acerqué al encino sin decirle nada
Lo abracé sonriente, yo sentí su abrazo
Reclinado y triste con su piel helada
Desnudó sus ramas porque ya su ocaso
Le llevó la vida por la madrugada.
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