El bosque de mis amores
donde planté la semilla
la más pequeña y sencilla
que nunca mostró sus flores
fue zarza de mis dolores
Hoy recuerdo con cariño
cuando me enseño de niño
a jugar con nuestras bocas
recostados en las rocas
mientras sus rizos aliño
Se me esfumó entre las manos
cuando en las nubes andaba
recuerdo que levitaba
al ver sus ojos cercanos
rasgados, verdes...lozanos
llevándome a las estrellas
enseñando cosas bellas…
luego ser abandonado
cual barco que ha naufragado
borrando todas sus huellas
En este bosque bendito
también sembré otras semillas
que enrojecen mis mejillas
cuando pienso y lo medito
nuestro amor fue todo un rito
y esos amores de antaño
no me hicieron ningún daño
despertando mis sentidos
hacia un mundo de latidos
sinceros y sin engaño
El bosque de mis amores
que dio sentido a mi vida
y fue mi eterna guarida
lo llené todo de flores
que con múltiples colores
muestran algunas espinas
hoy tersas y cristalinas
que evocan mis tiempos mozos
sensibleros, tan hermosos
y ellas, todas... son divinas.
Salvatore*
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