domingo, 1 de abril de 2012

Tras las bambalinas





Cayó la noche en un eterno sueño
muriendo triste la luna en su manto
y entre penumbras solo escucho el llanto
de un corazón que ya cambió de dueño.

Escucho un grito que devuelve el eco
de aquel dolor en esa noche triste
reverberando desde que te fuiste
(y el río en mis ojos se ha quedado seco)


Cayó la noche en una eterna siesta…
igual que el viento, permanezco mudo
y en un mutismo general de escudo
desdeño el reto de esta ingrata apuesta .

No es la tristeza la que me hace daño
no es mi conciencia quien dolor despierta
ni creo que mi alma que parece yerta
tenga la culpa de este desengaño.

Todo este enredo en amistad termina
no hay víctima, ni mártir, ni sicario
ni juez, ni cárcel en el escenario
solo el encono tras las bambalinas.

Salvatore*

1 comentario:

Imma Cauhé dijo...

Un poema muy bonito, con unos sentimientos muy profundos aunque sean de desamor.