Cuando se estaciona sobre tu cabeza
una nube negra de dudas y duelo
cuando lo que amabas no tiene certeza
y la negra noche trae su desconsuelo
Gritarán tus alientos: ¡ya no puedo más!
recubriendo tu vida de fatalidad
aturdido te encuentras entre los demás
objetando que exista la felicidad
No todas las nubes anuncian desgracias
ni son agoreras de estados violentos
Nuestras aflicciones pueden ser falacias
errados conceptos de los sentimientos
Deja al optimismo ser tu consejero
y al tiempo que borre todos tus temores
allá en el olvido, cava un agujero
viértele tus penas y tus sinsabores
Cuando ya no quede más filo en los cantos
ni cosas que dañen el cuerpo y el alma
dirígete al templo a orar (cual los santos
que imploran humildes a Dios) por la calma.
Cuando se descorre el velo que empaña
se nota más claro todo a la distancia
nuestro pesimismo que a la mente engaña
queda devaluado... ya todo es ganancia.
Salvatore*
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