sábado, 18 de agosto de 2007

En un asilo...

Dedicado a todos esos ancianitos, que terminan su vida en medio de una soledad compartida y una tristeza en el alma, por el abandono de un asilo.

Nunca había pensado que al final del cuento
solitario y triste mi final tendría
que a nadie le importe todo lo que siento
y que a visitarme ya nadie vendría

Cómo imaginarme postrado en un banco
regando migajas para las palomas
con los ojos fijos y la mente en blanco
tantas ironías... tantas malas bromas

Quien iba a decirme que después de todo
todo aquel proyecto que ha sido mi vida
todos sus cimientos hoy son de otro modo
que el tiempo deforma lo que uno decida

Pensé que debía ser independiente
no causarle, a nadie, penas por mi estado
ahora que estoy viejo me he vuelto prudente
como tanto amigo que está jubilado

Me vine a un asilo, con otros ancianos
comparto recuerdos, hablando de antaño
hoy son mi familia... no hay hijos, ni hermanos
pensar más en ellos me hace mucho daño.

Sobrevivo ahora rascando optimismo
al verme al espejo de este sitio arcano
al ver mis colegas, me animo a mi mismo
y así, uno al otro nos damos la mano.

Todos esperamos que el final sea bueno
que termine el tiempo grato y reposado
que se apague el cirio discreto y sereno...
dejando el espacio, a otro jubilado.

Salvatore*

No hay comentarios: