sábado, 2 de agosto de 2014


 
Te he extrañado, amor mío solitario en la cama
hallándote en las sombras, en mi insomnio doliente
saboreando tus besos y tu pasión de dama
inventando un abrazo en el cuerpo y la mente.
Te he extrañado, amor mío como se extraña el canto
de una alondra en la ducha, que enmudeció su voz
como extraño a la luna, su luminoso manto
su nocturnal caricia que nos unía a los dos

 He soñado contigo, con tu beso y tu boca,
con tu cuerpo de diosa, desnudando su amor
te aparezco en mi cama, cual sirena en la roca
que me invita al encuentro y me da su calor.
Te he extrañado, amor mío, con la duda y la pena
arrepentido y solo, abrazando tu almohada
por las noches regreso, a pagar la condena
de llorar por tu ausencia con la luz apagada.

Y si acaso me duermo, vuelvo a soñar contigo
retozando en mis brazos insensata de amor
si el insomnio me alcanza, otra vez el castigo
de atrapar margaritas y deshojar su flor.
                                                                           Salvatore*

No hay comentarios: