Hace frío mujer, vente a mi lado
recuesta tu cabeza aquí en mi pecho
permite al corazón en su derecho
legar un sentimiento marginado. Permite que el amor se cristalice sin prisas, sin temores, sin complejos permite de su luz, ver sus reflejos dejar que en nuestro lecho se deslice. Déjame ver tus rostro apasionado charlando sin hablar, con tu mirada por fin, saberte alegre, enamorada y el latir de tu pecho acelerado. Concede que mis manos te cautiven y que arribe el calor en tus pudores sin prejuicios, sin dudas, sin temores sin todas esas cosas que te inhiben. Libérate de escrúpulos ociosos y déjate llevar por tus anhelos descórrele al amor todos sus velos que son todos sus cantos primorosos. Inundate de mí, de mis pasiones remanso de mis brazos, de mis besos dos reos que de amor seamos confesos intentando entender sus ecuaciones. Dos ríos que a la mar van decididos dos aguas impetuosas, atrevidas dos causes que podrán unir sus vidas si te permites guiar por tus sentidos. Salvatore* |
jueves, 26 de septiembre de 2013
Inúndate de mí...
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