En el vasto jardín lleno de flores
encontré sin buscar la más hermosa
y en el amplio crisol de mis amores
fundí mi corazón... y fue mi esposa
Mi flor por singular no se marchita
viviendo en una eterna primavera
en su afán de agradar no se limita
y en el vasto jardín es la primera
No pudiendo entender mi buena suerte
se que debo a la vida tantas cosas
debiendo agradecer hasta la muerte
que por ella haya sol y mariposas
Ilumina mi vida día con día
tornándose edecán en ésta historia
me enseñó la canción, la melodía
que canto sin cesar en mi memoria
Es ella una sorpresa cotidiana
es un rayo de luz en la tormenta
la brisa y el candor de la mañana
es el murmullo que ama y que me alienta
Es la caricia tierna y la elegancia
es un beso infantil , franco y sincero
el eco del amor, la resonancia
la miel plasmada aquí... porque la quiero.
Salvatore*
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