Caminamos, todos, por la cuerda floja
con el miedo arcano de perder la vida
sin salir airosos, sin hallar salida
a merced del viento como cualquier hoja.
Con nuestros talentos arriesgamos todo
con nuestros temores en un circo ingrato
cada quien su asunto, cual un garabato
cada quien actúa según su acomodo.
Puedo verme niño … semejando a un chango
o puedo verme obeso, buscando equidad
un arma en un vientre: mi masculinidad
un cantado drama que ha incubado un tango.
En un surrealismo de oscuras verdades
como en un delirio que engendra la droga
vamos caminando en siniestra soga
pintura que muestra nuestras falsedades.
No hallando el sentido de una inútil vida
ni encontrando el rumbo en la encrucijada
vamos caminando sin fe en la mirada...
sueño de una historia loca y retorcida. Salvatore*
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