Unos versos dedicados a todos aquellos que por mala suerte, se han encontrado en medio de la guerra, lejos de casa y regresas un tiempo después con todos los traumas adheridos a su piel y a su corazón.
Ahondado en la guerra, con tantos temores,
con tantas miserias de un mundo perdido
atrás la familia, otros sinsabores
y una nueva tierra donde hacer el nido.
Se fueron amigos prematuramente
perdiendo en campaña su vida y bosquejos
se quedan tatuadas penas en la mente
y el alma se oprime, estando tan lejos.
Se pierde el sentido del tiempo y espacio
pues la muerte asecha en cada momento
las horas de angustia, marchan más despacio
y el miedo revive y sigue en aumento.
Heridas, dolores e ingratas amnesias
viajan en el barco (allá en su cabeza)
y el discernimiento, con sus anestesias
enclaustra en olvido toda su tristeza.
Cual muertos vivientes se gastan los días
ya sin esperanza, sin fe; pesimistas
negando el infierno con sus felonías
inventando un mundo con menos aristas.
Hasta que un buen día la guerra termina
y sobre sus pasos, retornan a casa
más todas las noches explota una mina
en medio del sueño… sin saber qué pasa.
© Salvatore
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